viernes, 3 de junio de 2016

INTRODUCCION

INTRODUCCION

 

El alcoholismo, a diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, ha sido considerado en el pasado un síntoma de estrés social o psicológico, o un comportamiento aprendido e inadaptado. El alcoholismo ha pasado a ser definido recientemente, y quizá de forma más acertada, como una enfermedad compleja en sí, con todas sus consecuencias. Se desarrolla a lo largo de años. Los primeros síntomas, muy sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades. El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que modifica el estado de ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una costumbre social o un rito religioso. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.
A pesar de que el alcoholismo afecta mayormente a los adultos, su consumo en los adolescentes es cada vez más preocupante.
Nuestro trabajo consistirá en tratar este tema, el consumo de alcohol entre los adolescentes, que más allá de ser una diversión, se está transformando en un tema preocupante. Cada vez, más chicos terminan borrachos cuando salen a bailar o se juntan con amigos.
A su vez, el consumo empieza cada vez desde más chicos, y los padres son cada vez más permisivos al respecto.
Pero, ¿saben todos lo que causa el alcohol en nuestro organismo?, ¿saben todos por lo que tienen que pasar los que se envician?

jueves, 2 de junio de 2016

Consumo de alcohol en la adolescencia

Consumo de alcohol en la adolescencia


La ley establece una edad específica para poder comprar y/o consumir bebidas alcohólicas en casi todos los países en donde el consumo de alcohol ha sido legalizado. Esto se debe a que el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad tiene repercusiones en la salud y desarrollo de la persona. Los estudios revelan que el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad, los episodios recurrentes de consumo en la adolescencia y beber hasta embriagarse pueden afectar negativamente el desarrollo mental, los hábitos de estudio y el desarrollo de las habilidades necesarias para una correcta transición a la edad adulta.1   
 
Influencias
Los patrones de consumo de alcohol en menores de edad se deben a una variedad de factores: la familia, los amigos, los medios de comunicación, las normas culturales y la religión, así como las políticas gubernamentales. Por ejemplo, se ha comprobado que la promoción de bebidas alcohólicas en los medios publicitarios influye en la decisión que toman los adolescentes para beber, y existe evidencia que demuestra que esta publicidad aumenta las probabilidades de que los adolescentes y jóvenes comiencen a beber, o aumenten su consumo de alcohol.2 Las políticas gubernamentales pueden influir en estos patrones a través de diversas formas, inclusive mediante estrategias de fijación de precios, restringiendo el abastecimiento de bebidas alcohólicas y regulando de forma rigurosa la comercialización de bebidas alcohólicas.3
Cabe destacar el papel que juegan las familias en el consumo de bebidas alcohólicas en los menores de edad. La composición familiar y los niveles de ingreso y de violencia son algunas áreas asociadas al consumo de alcohol y uso de sustancias en menores de edad.4  
 
Daños en los jóvenes
Los jóvenes se encuentran en constante riesgo debido a ciertos patrones de consumo debido a varios factores. Fisiológicamente, se encuentran todavía experimentando cambios en su desarrollo. El cerebro del adolescente se encuentra en un alto nivel de desarrollo. Este desarrollo establece las bases para las habilidades de la persona en su vida adulta, tales como la planeación, la integración de información, la resolución de problemas, el discernimiento y el razonamiento.1 Estos importantes cambios que están sucediendo son la razón de que el cerebro del adolescente sea más vulnerable a los efectos nocivos del alcohol en comparación con un cerebro adulto.1
 
El alcohol y la educación
El alcohol perjudica las áreas del cerebro responsables del aprendizaje y la memoria, las habilidades verbales y la percepción visual-espacial. Por consiguiente, el consumo excesivo de alcohol afecta la creación de nuevos recuerdos, las habilidades de resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la atención y la concentración. Los estudios sugieren que el consumo de alcohol en adolescentes afecta de forma negativa la función neurocognitiva, como la capacidad de estudiar y obtener buenos resultados en los exámenes.1,5 Debido a que la adolescencia es una etapa muy importante para el desarrollo cerebral, el consumo de alcohol puede tener efectos negativos a largo plazo en su vida adulta.3
 
El alcohol y el comportamiento
Los jóvenes corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales debido al alcohol que incluyen beber en exceso, problemas en sus relaciones, accidentes viales y relaciones sexuales de alto riesgo que han sido referidas por ellos mismos.6 Estas conductas tienen sus propias consecuencias `para la salud y seguridad de los jóvenes, que incluyen daños al desarrollo cerebral, riesgo de lesiones y muerte y un mayor riesgo de participar en actos de violencia y de contraer enfermedades contagiosas.  
 
Recomendaciones a los padres
Los padres deben tener en cuenta lo siguiente:
  • Mantenga y fomente una relación franca y de apertura con su hijo. Esto aumenta las posibilidades de que su hijo le hable sobre sus anhelos e inquietudes. 
  • Hable con su hijo sobre los riesgos del consumo de bebidas alcohólicas; 
  • Hágalo de forma positiva y amena; 
  • Establezca reglas claras en cuanto a la edad en la que se le permitirá beber (por ejemplo, la edad reglamentaria en su estado). Hable de estas cosas antes de que llegue a la adolescencia.

miércoles, 1 de junio de 2016

¿Cuando es alcoholico?

¿Cuándo un individuo es alcohólico?. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol. Un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). Se puede afirmar que lo característico del alcohólico es que no puede dejar de beber, que ha perdido la libertad y no puede abstenerse de la ingestión alcohólica. El problema más serio es que hay muchos bebedores habituales que suelen decir que pueden dejar de beber cuando quieran. Pero no quieren nunca. Son alcohólicos sin trastornos, pero con una ingestión de alcohol muy superior a la tolerable. En muchas ocasiones podemos ver como se cuelgan etiquetas argumentando que su estado anímico es producido por depresiones, estrés, carácter inquieto, nerviosismo, etc., etc., cuándo en realidad está enmascarando un claro “síntoma de abstinencia”. Aquellas personas que beben con frecuencia pueden interrogarse a sí mismas para ver si están o no cerca del alcoholismo. Estos son los primeros síntomas: si se reconoce sepa que está en el camino de llegar a él. El alcohólico no es responsable de su enfermedad, pero si debe intentar poner remedio. Los síntomas que pueden alertar son:

  •         Beber más y más a menudo que los que le rodean. Tener sed de alcohol.

  •          Beber a escondidas.

  •          Buscar en la bebida facilidad de palabra, simpatía...

  •         Sufrir pérdidas de memoria después de haber bebido. No acordarse de detalles de la noche anterior en que se bebió.

  •           No tomar sólo una copa. A una debe seguir necesariamente otra.

  •           Ser reacio a hablar de todo lo relacionado con la bebida.

  •           Falta de apetito.

  •           Decir que bebe menos de lo que realmente bebe.

  •           Tener un pequeño temblor en las manos y en la lengua que desaparece al beber.

  •           Cambios bruscos en el estado de ánimo.

  •           Náuseas o vómitos al levantarse.

  •           Insomnio continuado.

  •            Pensamientos suicidas.

  •           Agresividad, sobre todo en el ámbito familiar.

       En cualquiera de las distintas manifestaciones, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades y/o actividades.

       Al principio el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo más y mostrando menos efectos nocivos que el resto de la población. Más adelante, sin embargo, el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor importancia en las relaciones personales, el trabajo, la reputación e incluso la salud física. 

       El individuo pierde el control del alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo. Se habla de alcoholismo intermitente, alcohólicos de fin de semana, etc. En definitiva y en cualquier caso, existe unos claros signos de dependencia y falta de control en el consumo. Se empieza a beber y no se puede detener.